El tratamiento Don y Doña
El tratamiento “Don” y “Doña” en genealogía: qué significa y qué pistas da sobre tus antepasados
En la investigación genealógica, a veces encontramos que en documentos antiguos nuestros antepasados aparecen con el tratamiento de Don o Doña delante del nombre. Este detalle, que hoy usamos de forma más coloquial, en el pasado tenía un significado social muy concreto y puede darnos pistas sobre el estatus de una familia.
1. Origen del tratamiento
El uso de Don y Doña proviene del latín dominus y domina, que significan “señor” y “señora”. En la Edad Media, estos tratamientos se reservaban a la realeza, la alta nobleza y a personajes de gran relevancia social. Con el tiempo, su uso se extendió a la baja nobleza, caballeros y eclesiásticos de rango.
2. Qué significaba en distintas épocas
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Edad Media: reservado casi exclusivamente a reyes, príncipes y grandes señores.
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Siglos XVI-XVIII: se aplicaba a nobles, hidalgos y personas con cargos importantes (militares, eclesiásticos, juristas).
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Siglo XIX: empezó a extenderse a burgueses adinerados y personas de influencia local.
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Siglo XX en adelante: uso más generalizado como fórmula de cortesía, sin implicación directa de nobleza.
3. Qué indica para un genealogista
Encontrar “Don” o “Doña” en un documento antiguo no garantiza nobleza, pero sí puede ser indicio de:
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Hidalguía o linaje destacado.
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Cargo o función relevante (alcalde, escribano, militar de alto rango).
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Reconocimiento social dentro de la comunidad.
En registros parroquiales, a menudo solo una parte de la población recibía este tratamiento, lo que puede señalar que la persona o familia tenía un estatus superior al promedio.
4. Dónde buscar este tratamiento
Puedes encontrar “Don” y “Doña” en:
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Partidas de bautismo, matrimonio y defunción antiguas.
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Testamentos y escrituras notariales.
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Documentos judiciales y militares.
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Padrones y censos históricos.
💡 Un truco: compara en un mismo libro parroquial cuántas personas reciben el tratamiento y cuántas no. Eso te dará una idea del estatus relativo.
5. Precauciones al interpretar
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No todos los “Don” implican nobleza: en el siglo XIX ya se usaba más libremente.
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En zonas rurales, a veces se aplicaba por respeto a personas mayores o a familias influyentes, aunque no fueran hidalgos.
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En documentos eclesiásticos, era común que los sacerdotes recibieran este tratamiento por su posición, sin implicar linaje noble.
Conclusión
El tratamiento “Don” o “Doña” es una pista interesante en genealogía. Aunque por sí solo no prueba nobleza, sí indica que el antepasado tenía un reconocimiento social especial en su época. Cruzar esta información con otros documentos, como pruebas de hidalguía o expedientes militares, puede ayudarte a descubrir más sobre la posición de tu familia en la historia.
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